La conquista de Canarias fue un proceso que tuvo lugar entre los siglos XV y XVI, en el que los reinos de Castilla y Aragón, bajo el mando de la Corona de España, colonizaron las islas Canarias ubicadas en el océano Atlántico frente a la costa noroeste de África.
Las islas Canarias eran habitadas por los guanches, un pueblo indígena de origen bereber que vivía en tribus organizadas en cada una de las islas. La conquista de las Canarias se llevó a cabo en varias etapas, comenzando en 1402 cuando Juan de Bethencourt y Gadifer de la Salle, al servicio de Enrique III de Castilla, llegaron a la isla de Lanzarote y comenzaron a establecer control sobre las islas orientales.
En los años siguientes, los conquistadores castellanos y aragoneses se expandieron por el resto de las islas durante una serie de conflictos y batallas. La conquista no fue un proceso rápido ni continuo, ya que los guanches ofrecieron una fuerte resistencia y se libraron numerosas luchas por el control de las islas.
Los castellanos y aragoneses emplearon diferentes estrategias como el establecimiento de alianzas con tribus guanches sometidas, la construcción de fortalezas y el uso de la tecnología militar superior, como armas de fuego, para ganar ventaja sobre los guanches.
A medida que avanzaba el proceso de conquista, los guanches fueron sometidos y se implementó el sistema de encomienda, donde los conquistadores recibían tierras y tributos de los indígenas en reconocimiento a sus servicios. Muchos guanches fueron esclavizados, mientras que otros fueron asimilados o murieron debido a la exposición a enfermedades llevadas por los europeos.
Para el siglo XVI, las islas Canarias se encontraban bajo dominio castellano y pronto se convirtieron en un importante punto de partida para expediciones hacia el Nuevo Mundo. Las islas también fueron objeto de asentamientos y mezcla de poblaciones, tanto europeas como africanas, lo que contribuyó a la diversidad étnica y cultural de la región.
La conquista de las Canarias tuvo un impacto significativo en la historia y el desarrollo de las islas, marcando el inicio de la colonización europea en el Atlántico y estableciendo una conexión entre Europa, África y América. Las huellas de la cultura guanche todavía se pueden apreciar en algunas tradiciones y aspectos de la identidad canaria actual.
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